A medida que los flujos y reflujos de la carrera de la IA continúan dominando la atención de los líderes empresariales, los inversores y los medios de comunicación, entre las innovaciones emergentes más interesantes que se posicionan para redefinir la forma en que interactuamos con los sistemas digitales y nuestro entorno físico se encuentran la IA agente y la computación espacial. Ambas destacadas en las 10 principales tendencias tecnológicas estratégicas de Gartner para 2025, es la convergencia de estas dos tecnologías a medida que maduran lo que, para mí, brinda un potencial distintivo para desbloquear capacidades en múltiples industrias que tendrán un impacto significativo tanto para los líderes organizacionales como para su fuerza laboral.
Cerebros digitales en dominios físicos
Incluso en un entorno que experimenta avances consistentes que cambian paradigmas, la IA Agentic parece grande, equipada con la capacidad de planificar y ejecutar acciones de forma autónoma para completar tareas complejas asignadas por un usuario. La tecnología va más allá de los simples modelos de consulta y respuesta, creando “agentes” de IA capaces de tomar decisiones complejas y actuar sin supervisión humana constante. Es una evolución significativa liderada por empresas como Nvidia y Microsoft.
La Computación Espacial, por otro lado, desdibuja las líneas entre nuestras realidades físicas y digitales. Al impulsar tecnologías como la realidad aumentada (AR), la realidad virtual (VR) y la realidad mixta (MR), la computación espacial nos permite interactuar con contenido digital en el contexto de nuestro entorno físico real.
Cuando juntamos estos dos conceptos, surge algo de magia potencial.
Empoderar, en lugar de reemplazar la agencia humana
Una preocupación legítima que ha traído consigo el auge de la IA es su impacto potencial en el tipo de agencia humana que ha impulsado la industria desde que existe. Es comprensible que la inminente llegada de la IA agente solo agregue más leña a este fuego, diseñada para comprender y participar en escenarios comerciales y operativos complejos de una manera que ninguna tecnología lo ha hecho antes, pero, cuando se combina con la computación espacial, creo que tenemos Un argumento muy convincente para mejorar las capacidades humanas en lugar de disminuirlas.
La sinergia de la automatización y la inmersión física, es decir, la convergencia de la IA agente y la computación espacial, podría y debería, en mi opinión, utilizarse para ofrecer un nuevo tipo de interacción hombre-máquina que potencie la acción humana en formas que apenas estamos empezando a prever. . ¿Cómo se ve esto en la práctica?
Transformando procesos mediante inmersión inteligente
En el sector sanitario, la IA agente podría impulsar asistentes virtuales que guíen a los cirujanos a través de procedimientos complejos, mientras que la computación espacial proporcionaría visualizaciones tridimensionales en tiempo real de los datos de los pacientes. ¿El resultado? Precisión mejorada, errores reducidos y mejores resultados para los pacientes. En este caso de uso particular, la discreción del “agente” de IA actúa como asistente, manejando teóricamente gran parte del proceso cualitativo y cuantitativo detrás de un procedimiento, como la lista de verificación de seguridad y la agilización de la comunicación, mientras que la agencia humana (el cirujano) es capaz de operar de manera más eficiente y efectiva.
En el ámbito de la logística y la gestión de la cadena de suministro, la IA agente podría utilizarse para orquestar operaciones complejas con una mínima intervención humana. Estos agentes podrían tener la capacidad de predecir la demanda, optimizar rutas y gestionar el inventario en tiempo real. Cuando se combina con la computación espacial, los trabajadores del almacén equipados con gafas AR podrían, en teoría, ver instrucciones generadas por IA superpuestas en su entorno, guiándolos hacia las rutas de recolección más eficientes. Mientras tanto, robots autónomos, dirigidos por IA agente y espacial, navegan por el espacio para colaborar con los trabajadores humanos que los rodean.
Las posibles aplicaciones se extienden también a las industrias creativas. Imagine estudios de arquitectura en los que Agentic AI actúa como un socio de diseño incansable, generando e iterando conceptos basados en parámetros específicos. Luego, la computación espacial permite a los arquitectos adentrarse en estos diseños generados por IA, experimentarlos y modificarlos en entornos 3D inmersivos.
En la fabricación, la IA agente podría optimizar los procesos de producción, mientras que la computación espacial permite a los trabajadores interactuar con gemelos digitales de la maquinaria, mejorando el mantenimiento y reduciendo el tiempo de inactividad.
Esta colaboración entre la creatividad humana y la capacidad de la IA tiene el potencial de ser un desbloqueo para que las empresas aumenten y aceleren el proceso de diseño e implementación de sistemas y superen los límites de la innovación.
Abrazando el futuro
La convergencia de la IA agente y la computación espacial representa más que un simple avance tecnológico. Tiene el potencial de cambiar la forma en que percibimos e interactuamos con el mundo digital en el lugar de trabajo. Para aquellos que estén dispuestos a aprovechar las oportunidades que ofrece, sin duda habrá recompensas y, en lugar de una tecnología que viene con una intención obvia de desplazar o reemplazar a los trabajadores humanos, esta tiene mucho más potencial para empoderarlos.